Establecer límites de velocidad de acuerdo a las condiciones de tránsito: 30 km/h para zonas escolares y residenciales, 50 km/h en vías principales a nivel urbano y 90 km/h en carretera es el objetivo principal de este proyecto, basado en evidencia técnica y científica.
Desarrollar un modelo estándar para Planes de Gestión de la Velocidad y promover la adopción de planes pilotos en las ciudades en pro de salvar vidas, otras de las propuestas.
En la última década, 62.950 personas fallecieron a causa de un siniestro vial en Colombia, siendo la velocidad, el factor de riesgo más crítico relacionado con estos incidentes. En la actualidad, la seguridad vial es un desafío, no solo para el país, sino para América Latina, donde cada año mueren, al menos, 120.000 personas en las vías y cerca de un millón más resultan heridas.
Más allá de estas cifras, la región se encuentra en deuda. A partir de hoy, nace una iniciativa que brinda las bases técnicas y científicas que permitan la promoción de un proyecto que se centralice en ajustar los límites de velocidad en el país, de acuerdo a las buenas prácticas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud.
Conduce a 50,vive al 100, es el nombre de este proyecto de investigación del Grupo SUR de la Universidad de Los Andes, liderado por el exsecretario de Movilidad de Bogotá, Juan Pablo Bocarejo y un equipo técnico experto que tiene como fin promover una nueva ley que defina límites de velocidad a nivel rural y urbano, el desarrollo estándar de Planes de Gestión de Velocidad en cabeza de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, así como la implementación de planes piloto en dos ciudades del país.
¿Cómo se logrará?
Hace cerca de un año, se presentó ante el Congreso de la República una iniciativa legislativa para regular la seguridad vial, en pro de salvar vidas en el tránsito ante las preocupantes cifras de muertos por siniestros viales en los últimos años. Conduce a 50 construirá una estrategia en torno a esa iniciativa existente, aportando sólida evidencia científica sobre los excesos de velocidad como principal riesgo de muerte en el tránsito, con un importante enfoque local.
De esta manera, propone establecer límites de acuerdo a las condiciones de tránsito: 30 km/h para zonas escolares y residenciales, 50 km/h en vías principales a nivel urbano y 90 km/h en carreteras. Esta idea se construye bajo los pilares de la exitosa política Visión Cero, donde el control de velocidad aparece como protagonista. Sin embargo, este esfuerzo no es nuevo y ya se evidencia en políticas públicas en Colombia, como el Plan de Seguridad Vial de Bogotá, firmado en 2017.
Para lograr este objetivo y velar por su obligatorio cumplimiento, se propone igualmente la adopción de un programa de cámaras salvavidas aplicable en todas las vías del país.
Esta causa busca, asimismo, aliados estratégicos en el transporte público y privado, universidades, instituciones de investigación, el Congreso de la República, medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales, entre otras.
El caso de Bogotá
En los últimos tres años, Bogotá logró establecer un límite de velocidad de 50 km/h en 10 corredores críticos. Este proceso, apoyado a través de la iniciativa Bloomberg Philanthropies para la Seguridad Vial Global, BIGRS, logró reducir en un 30 % el número de fallecidos en esas vías. Durante la emergencia de salud mundial en 2020, este límite pasó a regir en toda la capital mediante decreto, siendo la única ciudad de Colombia en adoptar una política progresista basada en la evidencia del éxito inicial.
Conduce a 50 propone emprender políticas y acciones similares a nivel nacional, con el fin de lograr una disminución sustancial de las víctimas mortales en las carreteras.
Otros casos cercanos
Países como Chile adoptaron una política seria sobre la velocidad en 2018, logrando imponer un límite máximo urbano de 50 km/h, registrando una disminución del 5 % en el número de muertos por siniestros viales y del 7 % en relación a heridos graves.
El país austral es uno de los tantos casos de éxito a nivel global, que permiten replicar esas buenas prácticas en nuestro territorio.
Por otro lado, Brasil implementó esta misma política en una importante avenida del estado de Paraná, consiguiendo entre 2016 y 2017 una reducción en el número de fallecidos del 9 %, mientras que las colisiones o atropellos en la Leste – Oeste disminuyeron un 63 % y la cantidad de niños y niñas lesionados en incidentes viales bajó en un 20 %.
Espacios de conversación
Durante el desarrollo de esta iniciativa, Conduce a 50 ofrecerá espacios académicos que promoverán la discusión sobre esta problemática de salud que a hoy ya reporta 3.293 muertos por siniestros viales en Colombia en el primer semestre de 2021.
Este 22 de julio de 2021a partir de las 6:00 p.m., la iniciativa será lanzada oficialmente al público durante el desarrollo del webinar: Víctimas de siniestros viales: la tragedia detrás de las cifras, que contará con un panel nacional e internacional de expertos y reunirá testimonios de quienes han vivido en carne propia esta situación.
Las personas interesadas en apoyar esta iniciativa podrán conocer más de ella a través de la página web www.conducea50.com o por medio de las redes sociales en Instagram y Twitter @conducea50.
**Acerca del Grupo SUR de la Universidad de Los Andes
Grupo de Sostenibilidad Urbana Regional, SUR, de la Universidad de Los Andes, apoyado por la organización Global Road Safety Partnership, GRSP. El grupo SUR ha trabajado durante una década en la transformación de la política de seguridad vial en el país. A partir de investigaciones, publicaciones, análisis de datos, organización de eventos y capacitación profesional, ha contribuido a posicionar el tema de la seguridad vial como una prioridad dentro de las agendas políticas a nivel urbano y nacional. Conduce a 50, vive al 100 es un proyecto de investigación de este grupo liderado por el ingeniero civil y Phd. en Transporte Juan Pablo Bocarejo y apoyado por la politóloga y magíster en Ciencia Política Mónica Pachón, así como el ingeniero civil y Phd. en Filosofía Juan Pablo Ramos.
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