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La transformación del Banco Agrario

Por: Francisco Mejía Sendoya, Presidente del Banco Agrario de Colombia


El Banco Agrario cerró el 2021 con utilidades récord de 779 mil millones de pesos, más de tres veces las utilidades registradas en el 2018. Y también obtuvo cifras récord en su impacto social, con desembolsos a tasas blandas por 3,9 billones de pesos para pequeños y medianos productores agropecuarios, e incluyó a 79 mil nuevos pequeños productores en un producto de crédito, o sea, casi el doble de los incluidos en el 2018.


Francisco Mejía Sendoya, Presidente del Banco Agrario de Colombia


En agosto del 2018 que llegamos al Banco, la entidad padecía el enorme daño reputacional del crédito de Navelena, hecho sintomático de un problema más de fondo que era la injerencia del clientelismo político. Ese mal se reflejaba en varios frentes: una estructura de costos desproporcionada, obsolescencia tecnológica, falta de cohesión y confianza dentro de la organización, falta de transparencia, mal servicio al cliente, entre otros.


La instrucción del Presidente Duque fue clara: “Hay que recuperar el Banco para su misión institucional”. Sin perder un día, nos trazamos una estrategia en tres fases: estabilización, reparación y crecimiento.


Lo más importante de la estabilización fue una política de choque de austeridad inteligente, meritocracia y cero tolerancia a la corrupción. Como resultado de esto, en el 2019 le removimos definitivamente 65 mil millones de pesos a la base de costos.


En cuanto a la reparación, lo principal fue la restructuración del Banco, que por decreto presidencial de junio del 2019 eliminó 213 cargos de altos salarios en oficinas centrales que no agregaban ningún valor, y con esos ahorros fortalecimos la fuerza de ventas en 415 asesores.


Y en cuanto a la fase de crecimiento, fortalecimos nuestra capacidad de Banco Comercial con nuevos negocios, como la banca de comercio exterior, la valorización de nuestra red con mejor oferta de valor, y la puesta en marcha de nuestra Banca Pyme, entre otros. Y en todas las fases ejecutamos una agenda tecnológica ambiciosa que dio sus frutos y que nos fue reconocida con el premio a la innovación financiera que nos dio Fintech Americas a nivel latinoamericano en el 2020.


Clave en todo el proceso ha sido el mejoramiento en la calidad de la originación de créditos y del proceso de cobranza; gracias a eso, hemos logrado crecer los desembolsos expandiendo así el acceso al crédito, a la vez que mejoramos el indicador de cartera vencida, que cerró el año en 6,32%, o sea 133 puntos básicos menos que en el 2018.


Ese mejoramiento en nuestra capacidad como banco comercial, en donde competimos en igualdad de condiciones con la banca privada y que explica el crecimiento en utilidades, nos ha permitido aumentar el apetito de riesgo en nuestra actividad de banco de desarrollo para poder cumplir a cabalidad con nuestra misión. Producto de ello, están las cifras récord de desembolsos a pequeños productores, pero también los más de 300 mil millones de pesos desembolsados el año pasado a jóvenes, ya que removimos para ellos las barreras de acceso al crédito, o el billón de pesos que les prestamos a mujeres rurales.


En esta época electoral, donde se puso de moda desacreditar al Gobierno y en donde en la guerra de narrativas la primera víctima es la verdad, es importante que la sociedad logre correr el velo y se base en los hechos para formarse un criterio. Es lamentable cómo muchos de los que han sido beneficiarios del clientelismo corrupto que deterioró entidades como el Banco Agrario en el pasado, hoy hablan en contra de la corrupción y estigmatizan a un Gobierno decente y honesto como el del Presidente Duque, que con hechos como el cambio en el Banco Agrario así lo demuestra. Ojalá el clientelismo no vuelva a capturar al Gobierno, o lo que es peor, el clientelismo inspirado en la ideología del odio.


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