Regreso por acá renovada. Con ganas de enterrar el pasado y ese 2023 como tan enredado. Que este 2024 nos traiga cosas buenas y bonitas.
Creo que quedé ya hasta la coronilla, con ese cuentico de que nosotras nos quejamos y quejamos por todas esas cosas tan horribles que nos pasan acá en Hayuelos y en la Localidad, y nada que nos paran bolas, o nos paran bolas a medias porque no resuelven.
Que llamemos al CAI; que no, que toca llamar es al 123; que avisemos por los grupos; que denunciemos siempre, que patatín, que patatán. Y no, mija, ¡es que eso cansaaa!
Lee una en esos grupos comunitarios que hay ahora en whatsapp, cómo las vecinas muy juiciosas cuentan ahí todo lo que les pasa y ve una también que las autoridades como que ni bolas nos paran.
Que Dieguito y su combo nos han arreglado algunas vías del sector, está bien; que apoyaron y pusiéramos las materas para evitar a los vendedores en la calle, también; que nos arreglaron el puente sobre el canal de Hayuelos, perfecto. Pero, mija, a la hora del te, va una a mirar y ummm…
Ya ni sé qué pensar...
Las vías, pues un par por ahí, las repararon, sí, pero aún siguen faltando otras.
El andén del puente sobre el canal, lo arreglaron sí, y hasta bonito les quedó, pero alegremente lo dejaron sin baranda, sí, mi amor, tal como te lo estoy diciendo: ¡sinnnn barannnndaa! No sé qué estarán pensando de la vida y que esperarán… ¿Será que esperan que pase yo por ahí con mi maridito o con mis amigas o con mis nenés y nos caigamos?... Nooo, ni de riesgos! ¡Ni loca que estuviera! ¡Eso quedó que una no tiene ni de dónde agarrarse, o te medio resbalas o miras para abajo y pierdes el equilibrio, y abajo vas a dar! Qué colmo! Las cosas se hacen, sí ¡pero bien hechas!
Y lo otro. Las materas, muy bonitas, bien pensadas, bien intencionadas, pero con ellas, finalmente no se resolvió nada. Al contrario. Los vendedores que sí son bien avispados, de una se pasaron a los andenes del frente y alegremente pusieron ahí sus puestos. Pero sabes que es lo peor, que varias vecinas les decimos a ellos casi que a diario que se quiten de ahí, que no nos bloqueen más, les gritamos por las ventanas, pero las autoridades no nos apoyan como debiera ser…
Es que con ese cuentico tan flojo de que “el derecho al trabajo los ampara”, no pueden atropellarnos a nosotras y no permitirnos transitar por nuestros andenes. Ah, y si lo hacemos, es muertas de miedo, porque no hay espacio ya en los andenes y por esta inseguridad que está tan terrible. Que quieren trabajar y tienen derecho, listo, pero organícelos, señor alcalde, ¡donde no nos molesten más a nosotras!, así de simple!
Para no alargarme más, vuelvo a como hoy inicie: que este 2024 nos traiga cosas buenas y bonitas, como una normatividad sobre vendedores informales que sí sea práctica y aplicable a nuestras calles. Además de un nuevo alcalde local comprometido con traernos soluciones, pero reales y definitivas; que nos resuelva lo que denunciamos, porque si no, ¿entonces para qué es que están ahí? Ah, y en nuestro caso, que no se moleste tanto el señorito cuando una le dice las cosas. Así no nos sirve. ¡Que pase el próximo!…
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